Fuente: http://www.ruedasdehombres.ahige.org
Ruedas de hombres contra la violencia machista
Son actos en los que los hombres se
posicionan públicamente contra la violencia machista manifestándose por
la paz y la igualdad porque la violencia no puede ser un problema de las
víctimas que la sufren, sino que es una cuestión que afecta a toda la
sociedad.
En
la actualidad, la inmensa mayoría de los hombres permanecen pasivos
ante el problema de la violencia de género. Hay una idea generalizada de
que éste, es un problema fundamentalmente, de mujeres. Entre muchos
hombres está extendida la idea de que es suficiente con no ser
maltratador. Esto genera pasividad y permisividad ante los malos tratos.
El objetivo central de este programa, creado por la Asociación de
Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE) y subvencionado por el
Instituto de la Mujer del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, es
concienciar a los hombres sobre la necesidad de que los hombres nos
impliquemos activamente en la lucha contra los malos tratos.
El mensaje central es que todos y todas somos responsables de parar esta
barbarie y EL SILENCIO NOS HACE CÓMPLICES.
Pretendemos que, a la opinión pública, especialmente a la masculina,
llegue el claro mensaje de que hay hombres que están organizándose y
trabajando para luchar contra la violencia de género, en el
convencimiento de que es un problema que nos afecta a todas y todos y
bajo el principio de que la violencia nunca es una cuestión de ámbito
privado.
Los hombres violentos deben encontrarse, enfrente, con otros hombres que
no admiten ningún tipo de complicidad y que manifiestan su tolerancia
cero antes estas situaciones. Basta de silencios, basta de
complicidades. A veces, las complicidades se dan en pequeñas cosas, en
alguna broma, algún gesto, una actitud hacia una mujer que pasa cerca
que es recibida con una sonrisa por los demás. La violencia de género,
surge desde los valores patriarcales y tiene su caldo de cultivo en los
pequeños actos cotidianos que, la fuerza de la costumbre, nos ha llevado
a admitir y ante los que tenemos que revelarnos como lo que realmente
son; la verdadera semilla de la discriminación y la violencia.
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