domingo, 9 de enero de 2011

«El maltrato más común se da entre jóvenes de 17 años»

Macarena Blázquez Alonso Profesora de psicología

Mirar a su alrededor y ver situaciones de desprecio, críticas, desvalorización o indiferencias entre las relaciones de noviazgos de universitarios hizo que Macarena Blázquez y algunos compañeros se planteasen estudiar el tema. Blázquez es psicóloga y a sus 32 años, su percepción de la juventud y la falta de material al respecto, derivó en una tesis, en la que analizaron el caso de más de un millar de estudiantes.
-¿Qué le llevó a estudiar el maltrato entre las parejas universitarias?
-Encontramos que había un vacío importante en relación el maltrato psicológico y más en la pareja. Al mismo tiempo que vimos que la inteligencia emocional era un campo que estaba aún por explorar. Como encontramos poco material, porque había poca información al respecto, lo hicimos. Ha sido el primer estudio científico pionero en Extremadura sobre el maltrato psicológico y la inteligencia emocional. A través de una muestra representativa, de chicos y chicas, de todas las titulaciones como Biblioteconomía, Económica o Magisterio, comprobamos que existen indicadores de maltrato psicológico en la pareja. Y al ver que era así, intentamos crear un programa preventivo.
-¿Cúal fue la primera impresión?
-Que el varón emplea con más frecuencia la violencia psicológica; sin embargo, los comportamientos que menos adoptan son infravalorar las experiencias de la pareja, criticarlas y emitir órdenes. La indiferencia, la falta de interés o la falta de empatía es la forma de maltrato más común. Actualmente hay una muestra mucho más significativa de chicas universitarias. Mientras que analicé el caso de más de 700 mujeres, de hombres fueron unos 30 -contextualiza el estudio-.
-¿Pero había observado con anterioridad este fenómeno entre los chicos?
-Sí podía vislumbrarlo, pero no de una forma clara. Es un fenómeno que no es visible, difícil de detectar, incluso cubiertos por los propios jóvenes que definen su relación como románticas. Piensan que si existen celos es porque le importan a sus respectivas parejas. Es importante y hay que intervenir. Además, encontramos que en la población rural es más frecuente que en la urbana. Es curioso, el porcentaje de alumnos que provienen de sectores rurales comentan que sus parejas les han prohibido tal cosa, se ha roto la relación o si no se ha roto les han torturado con llamadas o amenazas de abandono.
-Me está diciendo qué interpretan estas acciones como normales
-Sí. Interpretan las conductas de violencia como síntoma de amor. Tener el monopolio de la pareja, revisar el teléfono móvil, preguntar constantemente dónde esta, los celos excesivos, incluso una bofetada en un momento dado lo puede llegar a interpretar como que su pareja lo hace porque le quiere. Un modelo de amor que esta mas cerca de la violencia que de lo que podemos interpretar como de una pareja constructiva.
-Según los resultados estadísticos del estudio. ¿A que edad es más frecuente?
-Llama la atención porque al mismo tiempo que la indiferencia es el maltrato más común, suele ser entre jóvenes de 17 a 18 años.
-El maltrato psicológico, ¿es de ahora o ha existido siempre?
-Es un comportamiento que ha existido siempre. Entre dos sujetos, uno implanta una dinámica y el otro directamente lo que hace es acatarla y no tienen los recursos personales suficientes, para afrontar una relación constructiva. Pero últimamente, estos conflictos salen más a la luz, por los movimientos feministas que hay sobre la violencia de género.
-¿Esta situación puede cambiar?
-Es un camino muy lento y muy arduo, se trata de un cambio de actitudes que tenemos que llevar a cabo a través de la sensibilización y medidas que proponemos de educación emocional.
-¿Está trabajando en ello?
-Sí, estamos intentando entrenar un programa para el profesorado de educación de magisterio, y dirigido a los alumnos, para que estén más dotados a la hora de adoptar este tipo de violencia y que sean capaces de interpretar las herramientas de inteligencia emocional que le proponemos desde el programa. La intención es que sean capaces de detectar las situaciones de violencia que pasan inadvertidas. Es como una herramienta que nos permite anticiparnos a las situaciones de violencia, impedir que aparezcan esas conductas de sumisión, que puede acabar en violencia física.

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