sábado, 31 de marzo de 2012

El Defensor del Pueblo alerta de que la evaluación de víctimas de violencia machista no siempre es realista



El informe anual del Defensor del Pueblo alerta de que la evaluación del riesgo de la víctima de violencia de género, que se realiza conforme a un programa informático, "no siempre se corresponde con la realidad", como se comprobó tras el asesinato de dos mujeres el año pasado cuya situación había sido infravalorada.

Uno de los casos ocurrió en Toledo, donde la mujer interpuso una denuncia contra su marido ante la Guardia Civil, que con los datos que ella había facilitado elaboró una primera evaluación con resultado de "nivel de riesgo no apreciado". Se acompañó a la víctima a su domicilio, donde quedó en compañía de unos familiares, y se activó la búsqueda del marido. Sin embargo, los familiares que acompañaban a la mujer abandonaron momentáneamente el domicilio sin avisar a las fuerzas del orden. El hombre se presentó allí "con celeridad imprevista en función de la valoración existente" y la apuñaló con resultado de muerte.
La Alta institución, teniendo en cuenta que en dicho cuartel de Toledo "no existe unidad especializada en el tratamiento de la violencia de género", formuló una recomendación para que se evaluase la posibilidad de proponer nuevas medidas a fin de "asegurar en la mayor medida posible la integridad de las víctimas", como la presencia de agentes especializados con "formación específica e indicadores de valoración del riesgo".
El Defensor del Pueblo investigó los asesinatos de dos mujeres que contaban con una orden de protección en vigor en Alicante y País Vasco ocurridos en 2010. En el primero, la Guardia Civil informó de que se había realizado una primera valoración del riesgo que determinó un nivel "bajo". Dos meses después, previa llamada telefónica a la víctima, se efectuó una nueva valoración que determinó un nivel de riesgo "no apreciado".
Según el informe de la Dirección General al Defensor del Pueblo, "de las valoraciones resultantes no era posible presagiar dicho desenlace", aunque con ocasión de las indagaciones, los agentes supieron que a pesar de la orden vigente de alejamiento, tanto agresor como víctima se veían de forma voluntaria y esporádicamente.
El caso del País Vasco, donde se utiliza un programa informático elaborado por la Ertzaintza con la colaboración de un catedrático de Psicología clínica, la primera evaluación arrojó un nivel de riesgo "alto", por lo que la mujer recibió una "breve formación" en medidas de autoprotección y se realizaron comprobaciones telefónicas. Se le ofreció un teléfono y un control policial más exahustivo de sus rutinas, pero los rechazó.
Según el informe, "a consecuencia de la investigación interna se detectó que a pesar de que el sistema arrojaba como resultado una valoración del riesgo alto (el mismo en las tres evaluaciones), debió concedérsele el grado de especial, que conllevaría aparejada la atribución de escolta".

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