domingo, 12 de junio de 2011

Hombres con alma de asesinos

Hombres con alma de asesinosHay hombres con alma de asesinos. Asesinos de nuestros sentimientos, esperanzas e ilusiones. Hieren de muerte nuestros corazones inocentes, atacan nuestra autoestima y nos hacen volubles a su voluntad.

No todos los hombres son así, pero cuando tenemos a uno así en nuestras vidas hay que saber deshacerse de ellos, respetarnos a nosotras mismas y luchar por nuestra libertad y derecho a la felicidad.

¿Quién dice que la única forma de morir es abandonando este plano terrenal? ¿Acaso el cuerpo es lo único que muere? ¿El corazón es inmune a las heridas insospechadas? ¿Podemos resistir cada golpe que nos ocasionan en nombre del amor?

Todas las mujeres hemos sufrido ese inmenso dolor que nos provoca la ingratitud y el cinismo de un hombre que imponente y dolorosamente se aprovecha de nosotras cuando lo único que hemos querido hacer es amarles y respetarles.

Y no afirmo que todos los hombres sean malos, sólo que debemos reconocer que hay muchos hombres que cuando se sienten seguros del amor de una mujer no reparan en dejarles abandonadas.

Algunos hombres nos ven como trofeos, nos hacen creer que nos aman y luego nos hacen aterrizar a una desoladora verdad; otros, nos tratan como sus “trapos viejos”, pues al saber que les amamos nos convierten en sus esclavas, en sus juguetes; otros, nos usan para auto afirmarse como grandes “machos” y convertirnos en veletas impulsadas por sus voluntades…

Estos hombres no sólo nos golpean el corazón mil veces, sino que usan nuestros sentimientos hacia ellos como un arma destructor que nos lastima y hace que la tortilla se voltee cada vez que el “caballero” nos dicen cosas como que no es que nos sean infieles, “es que nosotras tenemos celos obsesivos”, que no es que no nos presten atención, “es que nosotras les queremos tener como pegatinas”, no es que no nos amen, “es sólo que su forma de amar es diferente”…

Y así se nos va la vida, al lado de personas para las cuales no valemos NADA, ni tan siquiera una palabra de afecto.

Hay hombres con alma de asesinos, que cuan filosos cuchillos nos parten el alma en pedacitos, opacando lo que fue brillo y cubriendo de llanto lo que antes era una luminosa sonrisa. Pero estos hombres no sólo matan, también mezclan su potencial de muerte con el reciclaje, puesto que sólo saben escarbar entre la basura para quedarse con seres de su calaña, porque no nos digamos mentiras, cada cual tiene lo que le corresponde y seguramente somos grandes mujeres y no debemos andar por menospreciarnos al relacionarnos con este tipo de “especímenes” que sólo saben vivir entre miserias.

Mujeres, debemos llenarnos de amor para dejar ir de nuestro corazón lo que no sirve: ¿Cómo amar a alguien que sólo nos hace daño? ¿Cómo amar a alguien que sólo sabe hacernos sufrir? ¿Cómo amar a alguien que cuida más de las extrañas que acaba de conocer en lugar de velar por el amor incondicional que le acompaña? ¿Cómo aceptar un segundo lugar en la vida de él? ¿Cómo podemos creer que el amor es equivalente a que se nos desgarre el alma de dolor y tristeza?

Si ésa es la forma de amar de estos hombres, entonces que no nos amen. Por el contrario, que nos odien con todas las fuerzas de sus almas, así nosotras no tendremos que vivir condenadas a soportar un duelo que nunca termina. Así nosotras no tendríamos que preguntarnos: ¿por qué cambia de traje según la ocasión? ¿Por qué con ella es un “príncipe terrenal” y conmigo un “demonio asfixiante”? ¿Qué es lo que tiene ella que no tengo yo? Si ésa es una forma de amar, entonces habrá que acabar con todo porque el mundo está perdido.

Mujer: no mereces vivir en la angustia y la inestabilidad. No mereces vivir mortificada pensando en lo que haces bien o mal. No mereces estar al lado de alguien que tiene ojos para ti y otras cien mil mujeres más. No mereces soportar el maltrato, no sólo de los golpes, sino también de las palabras…

Hay hombres que tienen alma de asesinos porque nos van matando lentamente, porque un día se convierten en la materialización de nuestros sueños y al otro son una terrible pesadilla, porque un día nos abrazan y al otro se olvidan de nosotras, porque un día nos aman y al otro somos unas desconocidas.

Pero si ellos son asesinos, nosotras no tenemos por qué ser cómplices de nuestra propia muerte, nosotras podemos acabar ese eterno invierno que tenemos en el alma y decir ¡BASTA YA!

Porque no somos muñecas, somos seres de amor que entregan vida y sólo pueden estar al lado de seres maravillosos… ¡Es hora de liberarnos!

© Autor: Lluvia.

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